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El 31 de enero pasado se dio a conocer una noticia que logró conmover al mundo entero: la historia de Hope. Así lo apodó Anja Ringgren Loven una mujer danesa que trabaja para una ONG y que lo halló tirado en las calles de Nigeria.
Ajna, luego de encontrar al pequeño Hope, lo llevó al hospital pero previamente se encargó de abrazarlo y darle agua, dos cosas que él no tenía desde hacía mucho tiempo.
En el centro médico, Hope fue desparasitado y alimentado a suero (ya que presentaba un importante grado de desnutrición).
Muchas veces solemos preguntarnos “¿Cuáles son los motivos para que un niño sea tratado de esta forma?” y quizás la respuesta resulte sorprendente y escalofriante pues lo cierto que es Hope, como tantos otros niños de Nigeria, fue acusado de brujería por sus propios padres y abandonado a su suerte en las calles de ese país. Esta es la realidad que viven muchos niños en África en pleno siglo XXI.
En este caso particular, los padres de Hope lo abandonaron dado que ellos estaban convencidos que el niño era un brujo.
Así comienza esta hermosa historia de amor, un poco trágica al inicio pero con grandes y prometedores resultados…
La noticia recorrió rápidamente las redes sociales mediante la ONG quien se encargó de solicitar ayuda económica para el tratamiento de Hope. Dos días más tarde habían recaudado más de medio millón de dólares en donativos. La ONG afirmo que “este dinero servirá para el tratamiento que Hope necesita y para construir un centro de asistencia que ayude a otros niños en la misma situación de Hope”.
Hoy el pequeño Hope se está recuperando activamente y ya no sólo tiene un brillo hermoso en sus ojos sino que, además, posa sonriente cuando le sacan una fotografía.
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