Lo vas a malcriar si le sigue haciendo eso

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Sobre la crianza de los hijos ya contamos con miles de libros escritos. Sin embargo, muchos padres tienen grabados a fuego varios estereotipos que, a menudo, interfieren en el desarrollo del niño y en la formación de su personalidad. Оlga Nechaeva, madre de dos hijos, bloggera famosa, publicó un buen artículo sobre este asunto basado en su propia experiencia.
Genial.guru no duda ni un segundo en compartirlo contigo.
Uno de los mitos más extraños y de escasa lógica, en mi opinión, suena aproximadamente siempre así: «Si amas al niño sin condiciones y lo aceptas tal y como es, él se convertirá en una persona mimada, incapaz de adaptarse a nuestro mundo».
Esta idea se basa en varios mitos interesantes.

Mito 1. «Uno debe saber que la vida puede ser dura»

No es que debiera algo a alguien, pero, digámoslo abiertamente, ocultar esto es muy difícil, la verdad la conocerá.
Además de los diez minutos en que un padre involucrado es capaz de sentir empatía por el otro, entenderle y ayudarle, existen otras 23 horas y 50 minutos en las que el hijo estará aprendiendo, de forma inconsciente, todo: Nuestra ceja levantada, nuestra irritación, esa risa mostrando superioridad, conversaciones de adultos poco empáticas, discusiones, ofensas, insultos, palabras malsonantes, chistes... Y, además de los padres, lo rodean cientos y miles de enfrentamientos en la vida no empáticos y no relacionados, en absoluto, con el amor, empezando por una enfermera en el hospital materno y terminando por una entrometida vecina.
Créeme, al niño le dará tiempo de ver toda la diversidad que ofrece vivir. Ponerle vacunas «anti-amor» adrede es lo mismo que obligarlo a respirar por un tubo de escape para que no se acostumbre a respirar siempre aire puro y fresco. Estas vacunas las pone la vida misma por sí sola, queramos o no.
Un niño que crece en un intento de amor incondicional y aceptación total (intento, porque ninguno de nosotros es un dios) será mucho más fuerte simplemente porque tendrá la oportunidad de decir: «Aquí, me falta aire» o «No me gusta que me hables así», simplemente, porque no está acostumbrado.

Mito 2. «Si lo acostumbras, él se acostumbrará»

Este mito se basa en el desconocimiento de las particularidades de que, unas u otras partes de la personalidad, se desarrollan paulatinamente, no es cuestión de costumbres.
No se puede esperar de un niño de 2 años ganas de compartir. De uno de 3 sentir compasión o de uno de 4 ser consciente de algo concreto. El niño no es altamente moldeable, no se desarrolla de golpe, ni lo hace de un momento a otro. Por eso, el hijo cuyos padres pasaron con paciencia y comprensión la época de las rabietas de los 2-3 años, no va a padecerlas a los 7. Igual que el niño que moja los pantalones cuando tiene un año no va a hacerlo cuando cumpla 10.
El desconocimiento de las peculiaridades del desarrollo infantil fomenta muchos miedos y al niño lo «acostumbran» a ser bueno cuando tiene dos años teniendo miedo de que el egoísmo infantil se conservará hasta los 25. En realidad puede conservarse, pero justo cuando interfieren en el crecimiento normal del niño y éste queda atrapado en la etapa de la guerra por ese derecho de tener una cuchara azul y el amor de su madre.
De esta manera, se lleva la situación a una guerra marcada por la obstinación típica de un niño de 3 años hasta los 40. No se acostumbrará si se le da el derecho de ser él mismo en cada momento y edad. Él crecerá. De los pantalones mojados, de los despistes, rabietas y el desorden, crecerá.

Mito 3. «Si amas a los niños, serán más egoístas»

Este mito es muy peligroso porque detrás de él está el convencimiento todavía más profundo de que el ser humano es malo por naturaleza y sólo la prohibición dura del egoísmo hace de él una persona buena y bondadosa.
El ser humano es, por naturaleza, un animal social. Tiene aptitudes y capacidades para todo, tanto para desarrollar un egoísmo enorme y excesivas necesidades de protegerse a sí mismo como para sacrificarse por otros y amar sin medida. Desarrolla en sí mismo estas capacidades como respuesta a la gente que lo rodea.
Si uno vive en un entorno peligroso y agresivo donde hay muchas humillaciones, violaciones e insensibilidad, crecerá protegido y marcado por la aceptación de experiencias negativas, insensible. Si uno vive en un entorno en el que se siente apoyado, respetado y querido, crecerá noble, generoso y capaz de sentir respeto por los demás.
Con todas las variables por igual, siempre será más saludable comer verduras de tu propio huerto y respirar el aire de pinos, que vivir en un barrio marginal alimentándote de los restos de la basura.
Pero el mundo es asombroso, siempre hay algunos que niegan esta realidad. Que dicen: «Pues a mí me golpeaban en las manos con el arco del violín y ahora lo toco divinamente».
Fuente: Womanformars
Portada: Yury Rotar
Traducción y adaptación: Genial.guru

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